Mis primeros aprendizajes en fotografía fueron en su mayoría gracias a photo.net; subía las fotos que más me gustaban al foro buscando la crítica para a través de ellas limar los muchísimos fallos que tenía. Esto puede ser un arma de doble filo y hay que tener cuidado para no terminar con tu autoestima y tu inspiración, así que analizo: ¿Quién me está criticando?, ¿Qué parte buena debo sacar? y ¿Estoy dispuesta a hacer caso?.
Dependiendo de quién es el “criticón”, la misma observación provoca en nosostros una consecuencia u otra. Así por ejemplo un completo desconocido nunca podrá ofenderme y suelo tomar sus palabras de forma neutral, es posible incluso que antes de valorar su opinión curiosee su trabajo por internet.
Sin embargo, cuando la persona de la que recibo la crítica me conoce es diferente porque aquí entran ya valores personales y sentimentales. Siempre he dicho que los más duros críticos que tengo son mi marido y mis dos hijas; pero creo que soy yo la que lo percibe así porque me duele mucho decepcionarles y me siento mal. Por otro lado, ellos me quieren y me conocen y se centran en buscarme a mi en mis fotos, cuando me encuentran me alaban o mejor dicho si me encuentran es porque yo lo he hecho bien; sino sé que la foto es una mierda. En este grupo también incluyo a mis amigos más íntimos y por supuesto mis profesores.
Por último están los malintencionados que pueden ser conocidos o no y a los que se les ve venir desde que van por Gelves. El único motivo que tienen para hacer críticas destructivas es el miedo; miedo a que mejores, a que te dés a conocer, a que les puedas quitar el trabajo, las ideas, miedo a que tu marca de agua sea mejor y más bonita y más difícil de quitar que la suya … yo qué sé, estoy segura de que es un complejo de inferioridad. Entonces pienso, si me ha criticado, es porque algo le ha llamado la atención de mi foto, con lo que no debe ser la bazofia que me está pintando.
Sea cual sea la fuente de la crítica, sí es cierto que de todas ellas puedes sacar algún punto positivo, algo que mejorar, algo de lo que no te habías percatado. O simplemente has llegado a tu objetivo si por ejemplo lo que querías es transgredir o llamar la atención o descolocar al personal. En cualquier caso, si alguien en la marabunta de internet te critica ya en sí mismo es un gran logro; piénsalo, hay millones de millones de imágenes en la red y alguien en un momento dado se ha parado en tu foto para mirarla y ¡ criticarla !. Alégrate, has conseguido que se fijen en ti; a partir de ahora, mejora, peor no lo vas a hacer nunca.
Vale. He decidido si para mi es válido el criticón y qué parte me quedo de su opinión para aplicarla a mi trabajo. Pero recuerda que es tu obra, recuerda que debes hacer lo que te divierte, incluso en los encargos; recuerda que eras tú el que estabas en esa situación y tú sabes de qué recursos disponías en ese momento … y después piensa si volverías a hacerlo de la misma forma en las mismas circustancias o si podrías haber aplicado los consejos que te brindan anónimos y conocidos; por útlimo si pudieras, ¿lo querrías hacer?.
En conclusión, valoro las críticas en su justa medida, tomo los buenos consejos de las que me interesan y del resto, destructivas o no, suelo dar las gracias educadamente en lugar de soltar un “me la refanflinflas, chaval”. Me gusta ganar los retos y alcanzar unas cuantas estrellas en Flickr, no soy tan hipócrita, pero no es mi objetivo; es mucho más valiosa para mi la sonrisa de mis hijas cuando se ven en una foto o la de mis amigos cuando ven un huevo protagonista de la historia.
Recuerda valorar quién critica, qué te dice y si estás dispuesto a cambiar algo y verás como podrás evitar mejor el bloqueo de la inspiración. Piensa que nadie, ni el más grande nace sabiendo, la fotografía como todo en esta vida se aprende.
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Me despido con una frase de David el Gnomo que me encanta: “Nadie es mejor por ser más grande”.
Me despido con una frase de David el Gnomo que me encanta: “Nadie es mejor por ser más grande”.
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