Ayer, día de Reyes recibí mis regalos (algunos no estaban en mis peticiones y significaron una grata sorpresa para mi).
Me gustaría explicar en esta entrada la cantidad de emociones buenas y malas que he tenido durante las navidades, creo que va ser imposible. Hay dos que perduran en mi memoria especialmente:
La primera triste, de impotencia al ver las crueldades de este mísero mundo gobernado por estúpidos; veo todo esto pensando en la suerte que tenemos viviendo en un lugar privilegiado.
La segunda es la sorpresa y la ilusión asomando en la cara de los míos al descubrir lo que escondían los papeles de regalo. Éste ha sido mi mejor regalo de Reyes, no recuerdo haber disfrutado más con ningún otro de los que en mi vida he recibido. Fue el instante en que de mi mente desaparecieron todos los malos pensamientos y sólo me dediqué a disfrutar.
Me gustaría poder cambiar los regalos materiales que he recibido porque todas las madres del mundo sintieran lo mismo que yo sentí en ese minuto infinito.
3 comentarios:
Y si te dijera que me gustó más la sorpresa que el propio regalo....
Tienes toda la razón del mundo... No hay nada mejor que ver esa cara de felicidad expectante mientras abren los regalos.....
Este post deja bien claro la clase de persona que eres. Cuando vuelva a nacer, quiero ser como tú.
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